Okariz: Diario de Sueños

La artista Itziar Okariz explora mediante su obra la conformación del lenguaje, y en muchas ocasiones el lenguaje como signo. Generalmente conocida por sus videoinstalaciones y sus performance, hoy investigo, sin embargo, acerca de una de sus exposiciones que no entra dentro de esos ámbitos artísticos. En su exposición Diario de Sueños: 51 sueños entre el 2 de octubre y el  21 de noviembre de 2014 en la Galería Moisés Pérez de Albéniz, realizada en 2015, expone las transcripciones de los sueños que ha ido soñando a lo largo de una etapa y ha recogido en un diario de sueños. En estos textos, Okariz, explora el lenguaje de los sueños y reflexiona acerca de su narrativa íntima y no controlada. Para ello, estos textos trabajan una lectura fragmentaria, en un proceso de repetición u omisión de recuerdos de los sueños que ella ha experimentado durmiendo y  posteriormente escrito. En cada repetición de los textos le suma una nueva palabra que recrea el proceso de recordar un sueño, formando a cada vez una figura más coherente y completa, aun que nunca suele estarlo del todo.

Posteriormente realizaría en el centro CA2M otra exposición en 2017 - 2018, incluye la pieza llamada únicamente Diario de sueños donde se presentan 57 textos de sueños y añade también un archivo de audio que sonaba durante la exposición. Okariz parte de la idea de narrativa no controlada de los sueños y, mediante los audios, va construyendo su propia narrativa no controlada, fragmentaria y repetitiva, que se acumula a la anterior.

En este proyecto he decidido basarme para la parte más narrativa de texto en mi proyecto final que también habla sobre los sueños. Opino que el método fragmentario de repetición y omisión que Okariz utiliza se asemeja enormemente al proceso de recordar los sueños que, al menos yo, tengo. Mediante elementos, poco a poco, con muchas pausas. En ocasiones recuerdas mucho, y en ocasiones apenas nada, elementos, personas u objetos. A veces ni eso, a veces solo sensaciones. Supone además una interesante mirada a lo más íntimo de cada uno. No se me ocurre nada más personal y resguardado que los sueños que tenemos por la noche.