Edward Gorey y sus macabros cuentos para no tan niños

Conocemos hoy a uno de los quizás más importantes ilustradores del siglo XX, Edward Gorey. Gorey escribía e ilustraba sus propios libros con lo que resultaba siempre un carácter ciertamente macabro aun que con un tono cómico que no dejaba indiferente a nadie.
Me encontré con él casi de casualidad buscando otra novela gráfica en una página web de una librería y me llamó la atención especialmente su libro Los pequeños macabros (The Gashlycrumb Tinies, 1963), la portada ya la había visto antes, quién sabe dónde.

Gorey genera todo un imaginario personal y algo grotesco que habla acerca de la muerte y lo tétrico, con una esencia surrealista y una carga fuertemente irónica. Sus dibujos, oscuros y de aire victoriano, siempre son en blanco y negro, realizados a base de lineas muy finas que llegan a crear texturas muy elaboradas y grandes oscuridades.




En Los pequeños macabros (1963) nos encontramos con un libro abecedario dónde por cada letra que nos enseña de la A a la B, nos relata la muerte de un niño cuyo nombre empieza por dicha letra. El absurdo del toque de humor en como narra las muertes de los niños, acontecimiento que resulta totalmente trágico, y sin embargo lo presenta como cómico, en este formato de abecedario que adquiere incluso un cierto ritmo en su lectura, además de una fuerte sensación de pesadilla y surrealismo.









Sé que Gorey cuenta con más libros ilustrados igual de macabros que me generan mucho interés por ver que nos narran y de que modo.

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