Recientemente he descubierto y leído acerca de la artista japonesa, Hiro Chiba, que tiene una obra fotográfica realizada de una manera algo peculiar. Sus fotografías, en lugar de estar reveladas en papel, se encuentran sobre hojas. Mediante una delicadeza absoluta, Chiba plasma sus fotografías en las hojas gracias al proceso natural de impresión de clorofila, con los rayos del sol. Este proceso utiliza la reacción natural de las células de las hojas cuando los fotones liberados por el sol inciden en ellas. Sus imágenes no utilizan ningún tipo de químico, ni adición de pigmentos.
Chiba explora así, mediante sus fotografías, la temática del olvido, algo que yo también exploro en cierta manera en el proyecto que estoy llevando a cabo. Estas imágenes son como una proyección de la memoria: su obra, fuertemente ligada a la nostalgia, tiene un carácter efímero, delicado y la impronta que se queda en la hoja se deteriora con el paso del tiempo, nunca acaba de ser nítida, aun que en ocasiones tiene un nivel de detalle bastante sorprendente.
Además de ello, crea un vinculo muy especial entre el soporte y la imagen. Generalmente la fotografía que plasma sobre cada hoja es del mismo lugar de donde se recogió la hoja en la que queda plasmada. Es una memoria preservada. Estas son algunas de sus obras:
Recientemente, y por la suspensión de las clases, mi asignatura de Técnicas fotosensibles ha estado estudiando acerca de procedimientos fotosensibles que se pudieran realizar de algún modo más casero. Hiro Chiba resultó ser un gran ejemplo, y por ello decidí yo a probar también acerca de este método de impresión fotográfica solar aprovechando que tenía a mi disposición: un jardín, muchas hojas de diferentes plantas en este jardín y muchos días de sol en casa, además de no ser un proceso en absoluto complejo, aun que si lo hice de manera muy experimental, es decir, que no esperaba resultados concretos, ni tampoco los buscaba.
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Segunda prueba de impresión solar, 2020 (Dos días, muy nublado y una tarde de sol y nublado) |
A partir de un fotolito impreso en acetato que tenía en casa de una fotografía que realicé a mi hermana -para un proyecto de libro de artista que iba a llevar a cabo- realicé varias pruebas sobre distintas hojas de distintas plantas. Algunas resultaron ser más acertadas, otras no cambiaron casi de color o se arrugaron al secarse (tal vez debería haberlas dejado prensarse); en algunas se identifica la imagen, en otras es tan solo una leve sombra. Mi idea es llevar a cabo más experimentaciones de este método que me ha resultado muy interesante y viable de realizar.
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Primera prueba de impresión sola, 2020 (Dos días, muy nublado y una tarde de sol y nublado) |
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Tercera prueba, 2020 (Dos días a 30º al sol directo) |
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Tercera prueba tras dos días de secado sin prensar |
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Cuarta prueba, 2020 (Dos días a 30º al sol directo) |
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Cuarta prueba tras dos días de secado sin prensar |
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