Lectura: Una Habitación Propia


Una de las lecturas que he llevado a cabo durante el mes de octubre y parte de noviembre ha sido el muy conocido ensayo de Virginia Woolf: "Una habitación propia"
Era una lectura que tenía pendiente desde hacia un tiempo ya, y que finalmente he podido reunir el tiempo y la dedicación para llevarla a cabo.


Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas; y esto, como veis, deja sin resolver el gran problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela.

A lo largo de su ensayo, y como creo que bien resume la cita anterior, Virgina Woolf recapacita acerca de la figura de la mujer a lo largo de la historia, en una gran variedad de términos, y especialmente aquel relacionado con el escribir. En ciertos momentos sorprende que haya sido escrito hacia 1929 (hace ya más de 90 años) con tanta fortaleza y las ideas en relación a la figura de la mujer expuestas de una manera tan clara que realmente sentía como si estuviera conversando con una amiga de mi propia generación; cómo analiza con una gran sensibilidad y profundidad las grandes novelas escritas por mujeres (Jane Austen, las hermanas Brönte, George Eliot) y lo que ello implica y ha implicado en la historia de esta misma, como las compara entre ellas y entre escritores hombre, y esa manera de escribir con lo que a mi parecer es una tremenda sagacidad.

Sin embargo, cuando leemos algo sobre una bruja zambullida en agua, una mujer poseída de los demonios, una sabia mujer que vendía hierbas o incluso un hombre muy notable que tenía una madre, nos hallamos, creo, sobre la pista de una novelista malograda, una poetisa reprimida, alguna Jane Austen muda y desconocida [...] Me aventuraría a decir que Anon, que escribió tantos poemas sin firmarlos, era a menudo una mujer.

Creo sin duda, después de esta lectura, que sus palabras inspiran de gran manera a muchas mujeres, entre las cuales ahora me puedo incluir yo también.

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